Martin Pistorius era un niño de apenas 12 años cuando se le diagnosticó meningitis criptocócica, una infección micótica (causada por el hongo Cryptococcus neoformans) de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal (meninges). Desde entonces la condición del niño fue empeorando cada vez más, hasta que perdió la capacidad de realizar todas sus funciones.
Los especialistas indicaron a los familiares que el joven fallecería en muy poco tiempo, se encontraba en estado de coma y ya no había nada que pudieran hacer para ayudarlo; sin embargo, los familiares decidieron cuidarlo y 12 años después el joven comenzó a dar señales de vida milagrosamente.
Hoy Martin lleva una vida normal junto a su esposa, consiguió obtener un diploma en la universidad, tiene su propio automóvil el cual es capaz de conducir, utiliza una silla de ruedas para transportarse, una computadora para comunicarse y cuenta con el apoyo incondicional de toda su familia.
La historia de este joven revela que siempre hay una esperanza, no importa que tan mal sea la situación, todo pudiera en algún momento solucionarse, si así lo creemos y si damos todo por ello. También demuestra que nuestra fuerza interior y la familia son lo más grande que tenemos y que gracias a ellas podríamos vencer cualquier problema que se nos presente en la vida.
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